Mirá que si será procrastinador, que hace dos años y medio comentaba
aquí la adquisición de una nueva prensa de encuadernación que me disponía a restaurar.
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Mancha de aceite, oxido, no giraba. Hasta caca de pájaro tenía cuando llegó |
Después de algunas idas y venidas a Buenos Aires, le pude dar esos retoques que buscaba. Aún interminada en los detalles, por lo menos quiero dar cuenta de su pogreso.
Le metí lija y cepillo de alambre a más no poder. En contra de los escépticos, la fórmula limón+bicarbonato de sodio me ayudó mucho a sacar el oxido. A fuerza de movimiento de brazo y mates en los de Marian, el óxido fue cediendo.
Por supuesto que como el tiempo es cruel, no pude terminar de emprolijar los últimos detalles. Pero al menos quedó más presentable ya con su mano de pintura encima. Por lo menos tengo la confianza de que puedo hacer un buen trabajo. Así que ya saben, quién quiera emebllecer su prensa....
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Faltó hacer brillar esos pernos y tuercas, pulir las bochas de bronce y pintarle detalles. pero mal no está quedando |
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