Frase de la Semana

"Así,usar la novela como se usa un revólver para defender la paz, cambiando su signo. Tomar de la literatura literatura eso que es puente de hombre a hombre, y que el tratado o el ensayo sólo permite entre especialistas. Una narrativa que no sea pretexto para la trasmisión de un 'mensaje' (no hay mensaje, hay mensajeros y eso es el mensaje, así como el amor es el que ama); una novela que actúe como coagulante de vivencias, como catalizadora de nociones confusas y mal entendidas"


Julio Cortazar, Rayuela. Capítulo 79.

Hace poco terminé de releer Rayuela. Por más gracia que me hacen los comentarios de Charlie Feiling, que cuando le nombraban la novela decía con desprecio "pero por favor! ese libro de 'elige tu propia aventura'!", Rayuela es de innegable genialidad. Pero si hay algo que me revienta es el esnobismo que creció como el moho en torno la figura de Cortazar y el perfil de intelectual progresista que se forma a su alrededor.

Ciertamente Rayuela está plagada de de rincones: de lugares de intimidad con el lector, de discusión existencial, de enumeración enciclopédica de escritores y artistas de jazz (un tanto pedante para mi gusto). Pero la novela puede bien definir la incertidumbre, la angustia existencial (como diría Levrero, aunque en otro sentido) de un sector medio de la sociedad. Es una gran novela. Es una pena que se haya canonizado a su autor. Entre las marcas mas difíciles de sacar deben estar la de Cortazar como escritor 'progre' y Borges como escritor 'gorila'. Es necesario quitarlas -y no porque no sean una cosa o la otra- sino que empañan una apreciación más auténtica, como le hubiera gustado al escritor que decía que en el camino de la búsqueda "hay que abrir de par en par las ventanas y tirar toda a la calle, pero sobre todo hay que tirar la ventana, y nosotros con ella" (capítulo 147).