Albert Camus - La caída

Cada vez más a menudo me ocurre que a la hora de encuadernar un libro con algún diseño, a medida que avanzo en la construcción le voy perdiendo aprecio al libro. A veces hasta el punto de ni siquiera querer terminarlo.

Este caso pudo haber sido uno de ellos. Posteriormente fuí más contemporizador y ahora puedo decir que al libro lo aprecio, aunque no se si me gusta (más que nada en lo que a encuadernación refiere).

Después de tirarlo abajo paso a presentarlo. Es la segunda edición (1958) en castellano de La Caída, de Albert Camus. En ese entonces la editorial Losada se podía jactar de tener a dos de los autores más populares (y ligeramente enfrentados entre sí): Sartre y Camus. Sus apreciaciones sobre el existencialismo los llevará a entablar un duro debate. Posteriormente autores del Marxismo frankfurtiano como Marcuse defenderán al francés por encima del argelino. Sin embargo, un servidor opina que las aguzadas reflexiones de Camus no fueron saciadas aún.

Ya que esta disertación sobre encuadernación derivó hacía el rumbo de los tomates, me permito unas líneas más en torno a la literatura de Camus. Lamentablemente la lectura inaugural de este autor suele ser su breve novela "el extranjero". La más reconocida, sin contar que su modesta dimensión convence a los temerosos de los grandes "ladrillos" como los libros de Tolstoi. Pero mi impresión es ligeramente distinta. Vale la pena leer la mencionada novela para sacudirse el alma con esas últimas diez páginas en cuya intensidad cabe la angustia y la reflexión de semanas enteras. Yo también supe ser de aquellos que empezaron por el extranjero, pero el destino supo ponerme frente a mí sus otras obras, en especial dos: su ensayo sobre el mito de Sísifo y La Peste. Sobre el primero -por ser ensayo- hablaré en otra ocasión. La peste es un relato profundamente humano, es decir, desviste a la condición humana para ilustrar toda su belleza. No encuentro un mensaje nihilista en Camus, al menos en esta novela, aunque sí se puede decir que pone a prueba al hombre. Todo aquel que haya disfrutado las grandes novelas de Saramago -La caverna, Ensayo sobre la ceguera y sobre lucidez- antes que empezara a copiarse a sí mismo., merece leer La Peste. Este relato comparte grandes semejanzas pero al mismo tiempo es notable la diferencia en las plumas que escriben.

Irónicamente, no dije una sola palabra de la novela que terminé encuadernando. Será entonces merito de ella la descripción de sí misma.

Pleno cuero de vaqueta pintada con tintas de grabado
El libro es una encuadernación encartonada  con escartivanas en papel ingres fabriano (en dos colores). Las cabezadas están bordadas con hilo de seda (fueron mis primeras cabezadas bordadas). Cubierto con cuero pintado con tintas de grabado. Guarda de papel canson y guarda volante de descarne de cerdo.  HACIENDO CLICK EN LA FOTO SE PUEDE AMPLIAR



El libro de frente


Cabezadas bordadas


Escartivanas


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